El Guadalquivir en Córdoba y Sevilla, Sevilla y Córdoba, es espacio monumental y natural de alto valor. Pero antes que espacio protegido por su historia, torres y molinos, o por las aves que habitan de forma temporal o permanente sus riberas, el río fue territorio coto vigilado por ser fuente de pescado y pesquerías.
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La Pesca en el Guadalquivir (1) |
El sollo o esturión, el sábalo y la saboga, la lamprea, la anguila y los albures realizaban un viaje de ida y vuelta desde el estuario hasta el medio Guadalquivir, para pasar de las redes y tablas de las pescaderías del Arenal en Sevilla o de la Corredera en Córdoba, a las cazuelas de señorío y realengo. Otros peces como el barbo y la boga, de agua dulce, llenaban las ollas de gente corriente durante todo el año.
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La Pesca en el Guadalquivir (2) |
La pesca en el Guadalquivir fue práctica habitual hasta mediados del siglo pasado. Hoy se incluye en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, como uso y oficio tradicional, más muerto que vico, como el propio río, sabor y saber de pescado y pesquerías olvidadas.
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La Pesca en el Guadalquivir (3) |
Ahora que buscamos nuestra identidad gastronómica y reivindicamos como propia la pavía de bacalao, las espinacas con garbanzos, el gazpacho o el salmorejo, la cola o el rabo de toro, y un sinfín de platos y tapas autóctonas, así como el tapeo, como costumbre santa, parece que nos olvidamos de sábalos y sollos al horno (el caviar era cosa de los Ybarra, exquisita pero cara como las angulas), del arroz con anguila, de las cazuelas de albures y lampreas, e incluso de los barbos en adobo o fritos de las tabernas de Arenal y la Ribera de Córdoba o las del Baratillo en Sevilla.
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La Pesca en el Guadalquivir (2) |
Y es que ya lo decía el Pali, muchos barbos en adobo, mucho vino y alegría, menos misiles y más pavías de bacalao.
(1)
Viviendo Ríos. Riacheros
(2)
Juan Miguel Pando Barrero (1915-1992). Sevilla, mayo 1951.
(3) Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía