Alcalá del Río es Magna Capitana del Guadalquivir que refleja escamas plateadas de albures y sábalos; vega nueva de agua serrana que cría mazorcas, pan y azahar en primavera.
Alcalá mira a la sierra norte de Sevilla como Guillena, Castilblanco y Burguillos; y al río como La Algaba, Villaverde, Brenes y la Rinconada. De la sierra le viene el agua que riega el maíz y los frutales de la vega derecha del Guadalquivir, naranjas que van a Valencia y melocotones. De aquellos proyectos de nuevos regadíos surgieron pueblos de colonización tardía como El Viar, Esquivel y San Ignacio del Viar.
Los restos y monedas antiguas nos dicen que Alcalá fue puerto y pesquería del Betis romano que apagó la fabrica de luz y la presa en los años treinta del siglo pasado. La pesca de esturiones, sábalos, sabogas, anguilas y lampreas fue extinguiéndose con las aguas turbias y la primera barrera de escala imposible al viaje de ida y vuelta de la ictiofauna del Guadalquivir. De la cocina fluvial quedaron los barbos en adobo, las cazuelas y gazpachuelo de albures.
Alcalá presume de su pasado glorioso como recinto fortificado en el Centro de Interpretación de la Muralla Romana de Ilipa Magna. Su patrimonio histórico y cultural incluye también otros elementos de interés arqueológico en su entorno; arquitectónico como la Iglesia de Santa María de la Asunción y la Capilla de San Gregorio Osetano; industrial como la Central Hidroeléctrica y la presa; y etnológico como sus pregones y sentencias de teatro sacramental de Semana Santa antigua.
Para saber más:
Ayuntamiento de Alcalá del Río.
Turismo de la Provincia. Diputación de Sevilla. Alcalá del Río
Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
Fuente de imágenes originales: Ayuntamiento de Alcalá del Río
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