sábado, 8 de septiembre de 2018

Flamenconimia de la provincia de Sevilla: Sabor y Saber

Café cantante. Emilio Beauchy Cano (1847-1928)

El Flamenco es patrimonio de Andalucía, el Mundo y la Humanidad; para la provincia de Sevilla es además cuna de maestras y maestros, identidad y diferencia comarcal, cultura y territorio. No hay pueblo de Sevilla que no tenga Peña Flamenca, ni evento en forma de Concurso, Fiesta, Festival, Memorial, Noche, Recital o Reunión, sea de Cante Jondo, Grande o Flamenco.

El evento flamenco toma generalmente el nombre del Saber de su pueblo como Ciudad o Villa, también el de la Comarca. En otras ocasiones es la figura o personaje local el que presta nombre y apellidos al Festival. Sin embargo es lo alimentario, sus productos y paisajes lo que otorga ese Sabor peculiar de Potaje, Mostachón, Gazpacho, Mistela, Polvorón, Aguardiente, Naranja y Melocotón.

En el Aljarafe, Almensilla cuenta con su Fiesta de Los Sentidos, una propuesta de maridaje cultural entre cocina y arte en el que no falta lo flamenco en balcones y azoteas. Benacazón tiene Potaje Flamenco y Bormujos su Alquería. Rafael Rodríguez Herrera da nombre al festival de Olivares, igual que el Teatro Romano al de Santiponce.

En la Campiña, Alcalá de Guadaíra cuenta con los festivales de Joaquín el de La Paula (Joaquín Fernández Franco, 1875-1933) y Manolito de María (Manuel Fernández Cruz, 1904-1965); Arahal el del Gurugú, como Memorial de la Niña de los Peines (Pastora Pavón, 1890-1969). En Mairena y Marchena, el nombre del festival es como un cante de ida y vuelta: Antonio Cruz (1990-1983) y José Tejada Martín (1903-1976) tomaron primero el nombre artístico de su pueblo -Antonio Mairena y Pepe Marchena- para hacer sendas cátedras locales de Cante Jondo en Mairena, Colombianas y Guitarra en Marchena. En La Puebla de Cazalla la fiesta es Reunión y casi homenaje permanente a Francisco Moreno Galván, verdadero artista global de lo flamenco. En Estepa el flamenco sabe a Polvorón y anís de Zambomba navideña, Potaje Gitano y Mostachón en Utrera, y tiene color blanco de Algodón en Lantejuela, amarillo y negro de Girasol en Los Molares, mientras que El Rubio se convierte cada año en capital flamenca de la Campiña.

Entre El Guadalquivir y Doñana, lo flamenco en Alcalá del Río tiene nombre de cuento o leyenda de Noche Blanca Ilipense y colonización en Esquivel, Puertas Abiertas en La Algaba, de Cerro de San Juan en Coria, Choza de Juaniquín en El Cuervo y La Era en Burguillos; nombre propio en Dos Hermanas con Juan Talega (Juan Agustín Fernández VArgas, 1891-1971), y puro sabor de Caracolá Lebrijana y Yerbauena en Las Cabezas, Mistela de Los Palacios y Villafranca, fruta madura de Naranaja en Brenes y Melocotón en Villaverde del Río.

Al Norte, El Pedroso es capital flamenca anual de Sierra Morena y Cazalla del Flamenco y el Aguardiente; Guillena de la Bulería y homenaje a Pepe Aznalcóllar (José Losada Carballo, 1912-1973) en la localidad homónima. Al Sur, Los Corrales es también capital serrana y flamenca, y el Castillo de las Aguzaderas escenario mágico de noche en El Coronil. El Saber corresponde a Pedro de la Timotea (Pedro Gómez Moreno, 1896-1986) en Herrera y Antonio Álvarez en El Saucejo; el sabor al Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera.

No podemos acabar esta primera aproximación flamenconímica a los eventos de la Provincia sin referirnos a la importante labor de difusión y promoción de la Federación Provincial de Entidades Flamencas entre Naranjos y Olivos o de Peña en Peña; tampoco a la de la Diputación de Sevilla y su propuesta de rutas entre Cal y Olivos, Sal y Son, y la Cuna de los Grandes Maestros; y como no, de la Bienal de Sevilla que, recién iniciada su XX edición, fue fuente de inspiración de esta entrada.

!Va por Ustedes!

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